Buenos Aires,
06 de marzo de 2011
Charla con Viviana Guzmán
Viviana nació en Concepción, Chile. Impedida de caminar desde pequeña debido a serios problemas en sus caderas, su familia se traslado a los Estados Unidos en busca de tratamientos adecuados, en donde reside actualmente. Luego de muchas operaciones, hoy Viviana es un ejemplo de talento, tenacidad, optimismo y de que la música puede sanar. Egresada de la Julliard School of Music, con una sostenida carrera como solista, y llena de proyectos, Viviana nos cuenta un poco más de su vida en esta breve charla.
Por Martín Auza, Buenos AiresPara la gente te que no te conoce, ¿nos podes contar como fue tu formación?
Yo tuve que irme de Chile a los 5 años para vivir en Estados Unidos para realizarme operaciones de caderas, y comencé con la música junto a mi mamá, ella era concertista de piano así que yo inicié mi formación con el piano. Luego estudié clarinete, pero era un instrumento que me resultaba pesado para acarrear del colegio a mi casa, por eso cambié y comencé con la flauta a los 9 años.
A los 13 años gané mi primer concurso dándome la facilidad de ir a estudiar al festival de música de Aspen en Colorado, en ese momento era la escuela de Verano de la Julliard, Ahí estudié durante 10 temporadas (todos los veranos). En ese tiempo conocí a John Denver, quien me invito a participar en un programa de TV que se llamaba Música de la montaña. También por esa época empecé a asistir a las clases magistrales de James Galway.
También estuve interesada en la medicina, así que comencé a estudiar esa carrera en Houston, pero cuando gané la audición para tocar en la orquesta de la opera de esa ciudad, pensé que si me estaba yendo tan bien con la música, mejor seguir con ella. Fue ahí que audicioné para la Julliard School of Music en donde estudié con Julius Baker.
¿Además de tu carrera como intérprete, estás enseñando actualmente?
En los últimos 7 años estuve casi todo el tiempo de gira así que tuve que dejar de enseñar. Ahora quiero encontrar un balance de modo que estoy empezando a enseñar otra vez. Es así que este año comencé con el San Francisco Internacional flute Festival. Estoy tratando de no viajar tanto, me tomé toda mi vida para hacer giras y conciertos y ahora quiero un poco menos de eso.
¿El proyecto del evento de San francisco es repetirlo anualmente?
Sí, y ahora como voy a tocar en el festival del Frutillar tengo en mente conversar con los organizadores la posibilidad de hacer algo parecido en Chile.
¿Este festival lo organizas con gente de Estados Unidos o es un proyecto personal?
Por ahora el proyecto es totalmente mío. Lo organicé allí, ya que es una región muy grande y no había nada que reúna a todos los flautistas de la zona, por eso quise armar algo con la finalidad de repetirlo anualmente o cada dos años ya que me fue bastante bien, tuve un gran apoyo de los “flute makers” y fueron muchos los participantes. Así que creo que es algo que va a continuar.
¿Nos contás algo de tus grabaciones?
Mi primer amor es la música clásica, sin embargo tuve que ampliar el mundo musical para sobrevivir. Ahora tengo mucho interés en otros géneros pero la música clásica sigue siendo mi primer amor.
Mi primer disco fue Telemann y lo grabé en Nueva York.
Fantasía en la menor de Telemann
El segundo disco lo grabé para un sello llamado planet flute. Esto surgió cuando comencé a viajar y me di cuenta de que hay muchas flautas en todas partes del mundo. En Sudamérica todos conocen la zampoña, la quena, etc. en cambio en Estados Unidos no las conocen, es así que comencé a incursionar con otras flautas y cada vez que visitaba un país (ya estuve en 118 países distintos) y encontraba una flauta nueva, me ponía en contacto con un especialista para que me enseñara un poco.
¿Y grabaste con esos instrumentos?
Si, el disco se llamó Planet flute
Y también tenés discos de tango...
Después me involucré muchísimo con la música Argentina, sobre todo con el tango. Eso fue gracias a mi mamá, ya que ella fue mi primer profesora de música y le gustaba mucho el tango. Por ese motivo fue muy natural y divertido grabar el disco de tango. Fue un recital que realicé en San Francisco con los tangos tradicionales y también con música de Piazzolla y de Pujol. Grabé con acordeón (mi Mamá) y dos guitarras, uno de Argentina que se llama Enrique Colía y el segundo (que enseña en el conservatorio de San Francisco y se llama Mark Teicholz. El disco se llama Tango Live, a través de él conocí a Máximo Pujol con quien toqué para un festival de guitarristas, y me gustaría continuar colaborando con él.
Bordel 1900, Piazzolla
El cd “Argentine music” lo hice en Buenos Aires. Lo grabé porque un guitarrista se acercó a mí y me comentó que tenía algunas obras y le gustaría hacerlas, es así que comenzamos a tocar, grabamos, y nos presentamos en Notorious. Grabamos algunas obras de él con otros tangos más antiguos y algunas cosas de Atahualpa Yupanqui. Esto fue en el 2006.
¿Qué otros discos has grabado?
Hay un disco de la National Geographic, con música espiritual de todo el mundo y yo representé a Chile tocando una obra.
Usando una flauta indígena Norteamericana grabé otro disco que se llama Meditation. Las obras son improvisaciones que hemos hecho en San Francisco.
Otro disco es “Danza de amor”, lo grabé con mi grupo, un cuarteto de flauta, guitarra clásica, flamenca y mandolina. Todavía seguimos activos con el grupo, llegamos a hacer 50 conciertos al año.
¿Querés contarnos de tu proyecto “Divas latinas”?
En este grupo somos cuatro mujeres latinas, flauta, guitarra, voz y percusión. La cantante y yo también bailamos, tocamos música latina y flamenco.
¿Quieres mencionarnos algo de tu próximo concierto en california?
En marzo tocaré con como solista en San francisco con la Stockton Symphony Orchestra. Son arreglos de tango hechos para flauta y orquesta, que ya hice aquí en San José (California) en un concierto en donde uní tres obras: la cumparsita, oblivion y Libertango. Son tres obras que al público norteamericano le encantan.
¿Sigues trabajando en los cruceros?
Si, por suerte para mi es un trabajo súper cómodo ya que me embarco una semana y toco una sola hora (risas). Me da mucho tiempo para ensayar y preparar mis proyectos. En estos conciertos también toco las flautas del mundo, piano, y como soy bailarina y fotógrafa (proyecto mis fotografías en el espectáculo), mas que un concierto es un verdadero show. En los cruceros como me ofrecen un escenario muy grande y gente que me pueda ayudar con las luces, el sonido, el backstage, la pantalla gigante (etc...) Me siento muy cómoda y me gusta muchísimo trabajar así.
Tu trabajo en los cruceros ¿tiene algún punto de inflexión con los otros proyectos?
Es un repertorio completamente diferente. Cada barco tiene sus músicos que están contratados por 6 meses y conforman una orquesta, o sea que yo uso eso y toco un poco de Vivaldi, de tango, y también con las flautas del mundo, por eso yo digo que aunque no trabajo en una oficina, esa es mi oficina, aunque la verdad que es como ir de vacaciones.
El crucero me paga el viaje a Sudamérica, en esta oportunidad desembarco, me voy a frutillar para tocar y luego me embarco de vuelta, así mezclo los conciertos en tierra con los concierto de mar. Puedo compatibilizar ambas cosas.
¿Quieres compartir algo más con nuestros lectores?
Lo que me gusta contar a través de lo que tuve que sufrir en mi niñez con mis problemas de caderas, en donde lo poquito que podía hacer era tocar el piano. Siempre la música me sanó y lo más importante que me enseñó, después de estar un año entero en rehabilitación, fue la disciplina. La importancia de hacer un poquito todos los días, aunque sea 15 minutos, pero todo los días. Eso lo usé siempre en mis estudios de música.
También con todo lo que tuve que vivir en aquel momento, me enseñó la importancia de tener pensamientos positivos. Todos los días agradezco muchísimo. Después de 11 operaciones y de vivir casi toda mi vida con mucho sufrimiento, le doy muchas gracias a la vida de que ya estoy bien y no tengo dolores. En la música tenemos que aceptar a mucha gente que nos dice que no y nos traba. Hay que pasar por muchos “no” hasta llegar al primer “sí”. A los flautistas jóvenes siempre les digo, si yo lo pude hacer, cualquiera puede hacerlo, incluso mejor.
Tu carrera fue bastante free lance, no una carrera tradicional….
Cuando yo estaba tocando con la orquesta de Houston me di cuenta de que eso no era para mí. Yo quería viajar por el mundo, ser la estrella del escenario. Tocar mas como solista, si bien a mi me gusta enseñar, nunca trabajé dando clases en una universidad, porque nunca estuve en un sitio fijo, siempre estuve de gira conociendo el mundo y eso fue lo que yo quise
El trabajo de orquesta lo sentí como algo que me restringía la posibilidad de expresarme libremente. Hago otras cosas además de tocar la flauta, tengo un libro de poesía, otro con mis fotografías y soy bailarina.
¿Hay algún recuerdo especial en tu camino con la flauta que quieras compartir?
Para mí fue un honor tocar varias veces en el Carnegie Hall, con una acústica tan increíble y una sala tan histórica.
También toqué con Placido Domingo en la opera de Houston. Yo estaba en la orquesta de la opera de esa ciudad y al mismo tiempo también estudiaba en la Julliard, de modo que tenía que viajar a New York seguido. En esa oportunidad Plácido también tenía que volar para allá, y me invitó a volar con él en su jet privado.
Otro recuerdo muy lindo es la gira con Baryshnikov, fue espectacular. La compañía era una orquesta de cámara que viajaba junto a los bailarines y volábamos en un jet privado, nos trasladábamos en limusinas, etc. Una gira 10 estrellas!!!
¡Muchas gracias Viviana!
* Se agradece especialmente la valiosa colaboración de Agustín Ardito para la desgrabación y edición de la presente entrevista.