Un sueño sonoro hecho realidad: Cómo nace una orquesta de flautas

Orquesta Nacional de Flautas de Venezuela

08 de julio de 2014

Un sueño sonoro hecho realidad: Cómo nace una orquesta de flautas

Quisiera comenzar este artículo planteando dos preguntas: cómo nace una orquesta de flautas y cuál es la función de un ensamble de este tipo. Pero antes haré un poco de historia. La Orquesta Nacional de Flautas (ONF) de Venezuela nace en 1995 por iniciativa del profesor Víctor Rojas.

Por María Gabriela Rodríguez

Con su creación se pretendía dar respuesta a la necesidad de tener una actividad que reuniera a los flautistas de todos los niveles que en ese momento formaban parte de las cátedras de flauta del Conservatorio Simón Bolívar y darle forma y sentido a un grupo que pudiera ejecutar no solo obras originalmente escritas para este tipo de ensamble, sino también adaptaciones para el mismo. Hasta ese momento, el formato que más se había explotado era el de los “cuartetos de flauta”, para los cuales hay mucha música escrita, sobre todo por compositores franceses.

La ONF comienza sus actividades en las instalaciones del Conservatorio Simón Bolívar con un día de ensayo: el sábado. Al principio había poco material, pero luego se fueron sumando al archivo arreglos que los mismos flautistas hicieron para la orquesta y que ahora, junto con instrumentos como las flautas alto y bajo, forman parte de su patrimonio. Dos años más tarde, la ONF funcionaría con una estructura organizacional formada por una plantilla de 30 flautistas, un director artístico, dos directores asociados, un concertino, cinco jefes de fila, un gerente general y dos coordinadores. Además contaba con un salón de ensayo en el Instituto Universitario de Estudios Musicales, ahora Universidad de las Artes, Facultad de Música. Los directores se encargaban de la escogencia del repertorio y la conducción musical y junto con la gerente general, realizaban las proyecciones artísticas de la orquesta. Los coordinadores hacían posible que la música estuviese copiada y colocada correctamente en cada ensayo y concierto.

En la actualidad, la orquesta ha cumplido trece años de intensa actividad y ha tenido el honor de haber participado en dos convenciones de flautistas en los Estados Unidos, en las cuales ha sido considerada como una de las más importantes agrupaciones en su estilo.

Después de este breve recuento, puedo concluir en relación con las preguntas iniciales que el nacimiento de una orquesta de flautas tiene que ver con la necesidad y el placer de agruparse para hacer música de cámara, y que su función es simplemente la de explorar todas las combinaciones posibles, no solo en cuanto a géneros musicales sino también a cuanto a mezcla de instrumentos.

Sin embargo, la historia muestra que también hay otros elementos esenciales para hacer de estos ensambles un grupo exitoso. Lo primero es definir bajo qué parámetros va a funcionar, es decir, precisar si será parte de un proyecto auspiciado por algún conservatorio, universidad o escuela de música, si se creará una sociedad civil o fundación por medio de la cual se buscarán los recursos necesarios para su desenvolvimiento o si sólo se tratará de un grupo de personas que se reunirá con el fin de pasar un rato agradable haciendo música de cámara. 

Por otra parte, se requiere definir su estructura organizacional. Por lo general, un grupo de cámara funciona muy bien bajo la figura de un director artístico o musical y un equipo de personas que apoya y asiste tanto al director artístico como al ensamble en aspectos como la planificación, organización y ejecución de ensayos, conciertos, actividades y proyectos.

Otro elemento fundamental para que un ensamble de flautas pueda consolidarse es el repertorio. Es conveniente incentivar a los flautistas que tengan talento para la composición a que se aventuren a escribir o adaptar piezas para este tipo de agrupaciones, de modo de incrementar su patrimonio. Actualmente la ONF cuenta con un variado repertorio, siendo lo más preciado el material de música venezolana y latinoamericana escrito y arreglado especialmente para ella.

También es importante el hecho de poseer, en lo posible, toda la familia de las flautas: flauta en do, piccolo, flauta alto y flauta bajo. Actualmente el repertorio para ensambles de flauta abarca géneros que van desde la música renacentista hasta la música contemporánea, y comprende tanto arreglos y adaptaciones de obras universales, como composiciones propias para distintos formatos. Sin embargo, muchas de estas obras requieren de todos los instrumentos, lo que probablemente sea una de las mayores limitantes que tienen los ensambles de flautas para desarrollarse adecuadamente. En caso de no poseer los instrumentos accesorios, bien se puede funcionarcon un formato de cuarteto de flautas ampliado, buscando siempre el equilibrio y el buen gusto.

Igualmente, se debe contar con una sala de ensayo que reúna las condiciones mínimas para poder realizar la actividad: sillas cómodas, atriles en buenas condiciones y una ventilación o temperatura adecuada, pues el exceso de frío o calor son mortales tanto para los instrumentos como para los instrumentistas. Lo ideal sería ensayar todos los días (cinco ensayos semanales) pero con tres ensayos a la semana se pueden obtener resultados maravillosos.

Desde mi experiencia, y tomando en cuenta la gran cantidad y variedad de flautistas que existen en el ambiente musical, la definición del perfil de un ensamble de flautas debe incluir obligatoriamente el aspecto pedagógico. ¿Por qué? Porque de la unión del trabajo de profesionales, estudiantes y amateurs se forma un espacio en el cual todo se vuelve aprendizaje. El objetivo no es sólo recrear una obra en grupo: se trata también de compartir fórmulas, herramientas, trucos y consejos, de pasar un buen rato y de obtener el mejor resultado. Ya el hecho de compartir un atril con un profesor nos hace crecer como ejecutantes y como artistas. Ha sido este uno de los legados más hermosos que nos dejó Víctor Rojas, al hacer de la

Orquesta Nacional de Flautas de Venezuela 

ONF un lugar para compartir y crecer.

Finalmente, es preciso destacar que este tipo de proyectos no puede consolidarse sin la presencia de algunos valores. Tres son fundamentales: la constancia, el respeto y la puntualidad.

En cuanto a la proyección de este tipo de agrupaciones, pienso que no se deben poner límites. Lo primero es preparar al grupo para hacer presentaciones locales y llevarlo luego a formatos más grandes como festivales regionales, nacionales y luego internacionales, aunque la exigencia debe ser siempre la más alta. Recomiendo tener regularmente sesiones de calentamiento, no solo físico sino técnico, que incluya ejercicios de respiración, afinación y dinámicas, repaso de las escalas, revisión de la articulación, etc. También resulta de gran provecho invitar a músicos de otros instrumentos a compartir e integrarse al ensamble, ya que esto enriquece el trabajo musical del grupo y lo hace más atractivo para el público.

No quisiera concluir estas líneas sin hacer un reconocimiento al trabajo que realizan Mariana Chacín con la Orquesta de Flautas del Zulia, Yrene Briceño con el Ensamble de Flautas del estado Aragua, el profesor Carlos Fuguet con el Ensamble de Flautas de Coro, y el Ensamble de Flautas de la Orquesta Simón Bolívar. Todos ellos abren un espacio para los flautistas, sin distinción de nivel, con el único fin de compartir y hacer buena música.

 

María Gabriela Rodríguez

Solista de la Orquesta Sinfónica Venezuela.
Directora de la Orquesta Nacional de Flautas de Venezuela.
Profesora de la AcademiaLatinoamericana de Flautas.
Flautista del Orfeo Ensamble.

 * Este artículo fue publicado originalmente en la revista Aibú, de la Asociación Nacional "Flautistas de Venezulela". Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.

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